Esta frase es una invitación a vivir de manera plena y auténtica.
La vida es como un jardín, en ella hay la belleza y fragilidad, es el ciclo de la vida. Al igual que las flores florecen y se marchitan, nuestra vida también tiene sus altibajos. Debemos apreciar cada momento, tal como apreciaríamos cada flor en un jardín.
Es importante vivir el presente, debemos enfocarnos en el ahora, a disfrutar del presente sin preocuparnos excesivamente por el pasado o el futuro, la felicidad se encuentra en el momento presente.
Debemos conectar nuestra propia naturaleza humana. Las flores son un símbolo universal de vida y renacimiento.
Siempre se debe sembrar esperanza, la muerte es una parte inevitable de la vida, por eso hay que vivir cada día como si fuera el último.
La vida es un regalo precioso que debe ser valorado y vivido al máximo. Estamos llamados a encontrar alegría en las pequeñas cosas, a amar sin reservas y a vivir cada momento con pasión.